Beef
Descripción de la publicación.
SERIES
6/1/20252 min read


En mis tiempos de juventud, a los beef se les conocía como una bronca. La gente no tenía beefs, tenía broncas, malos rollos, odio visceral.
La primera vez que oí éste término fue para poner nombre al mal rollo que había entre Taylor Swift y Katy Perry por una le robó un bailarín a la otra o algo así (super dramático, si).
Beef.
Como muffin, workshop o videocall.
Ojalá pudiese reproducir en un post toda la tontuna que vivo en la oficina en la que a veces trabajo dónde la mitad del tiempo tengo que escuchar términos que existen en español pero por algún motivo (supongo que molar más y ser más serios) se dicen en inglés y y yo tengo que fingir que es todo normal y no puedo reirme porque somos gente bien.
Después de este inciso que no le interesa a nadie, prosigo.
Beef cuenta la historia de efectivamente, una bronca. Una road rage para ser más exactos, o lo que es lo mismo, esa mala hostia que te entra cuando te encuentras en la carretera con alguien que no sabe conducir. O con un coche mal aparcado al lado del tuyo que te impide entrar en tu vehículo.
En este caso los que acaban teniendo bronca son (Steven Yeun, Glen en The Walking Dead y Ali Wong, X en Paper Girls) un contratista fracasado y una empresaria descontenta, y como a veces pasa, el pique va escalando hasta encontrarse en situaciones completamente surrealistas donde cualquier cosa vale con tal de fastidiar al otro.
A mi me suele pasar con los vecinos. Me entran unas oleadas de odio nada sanas dónde digo que voy a hacer un montón de barbaridades.
Mi vecino el twitcher me pone especialmente nerviosa, con sus grititos y alegrías a las 3 de la mañana porque PARECE QUE BORJA MARTINEZ, DEL 2ºE NO TIENE RESPETO POR LA GENTE QUE TRABAJA DE VERDAD Y LEVANTA ESTE PAIS, no como él que se pasa el día jugando a videojuegos, haciendo el vago y cerrando la persiana a las cinco de la mañana como si estuviese decapitando a Maria Antonieta.
Después de este momento patrocinado por la derecha española, lo que pretendía decir es que a pesar del surrealismo de algunas cosas, es muy fácil perderse en una discusión y dejar que escale sin sentido hasta el punto dónde ninguno de los dos sabe por qué está haciendo lo que está haciendo, pero antes muerto que perder esa batalla, por absurda y dañina que sea.
A mi favor diré que me gusta mucho hablar, pero nunca he hecho nada para fastidiar a mis vecinos. Lo mio es una cosa pasivo agresiva, les dejo notitas en la puerta escritas en un impecable castellano donde les digo de todo pero de una manera tan elegante que es imposible enfadarse conmigo (o eso creo yo, hasta que algún día alguien me de unas hostias en el ascensor o algo asi)
De verdad que me pasa, es la tercera vez que pierdo el hilo original de este artículo.
Beef es una serie de esas que se ve en una sentada. Diez capitulitos de X minutos que se pasan bastante rápido y que nos hace reflexionar sobre hasta que punto merecen la pena ciertas cosas en la vida y cuando, como he dicho antes, hacemos muchas cosas que nos hacen daño sólo porque no sabemos ni parar ni perder.